Necesito sobrevivir un invierno desarropado
sentir la amenaza de los autos, salpicando todo, irresponsablemente
calentarme con cartones y fuego alimentado de cartones
pegarme las pulgas y las garrapatas de los perros, acariciarlos en la noche, contarle parte de mi infancia, que me regalen ronchas azules
sentir que la lluvia se hace rio en la bajada de mi colchón
tener miedo siempre a morir de frio y salir en las noticias envuelto en plásticos transparentes
que mis familiares se olviden de mi, que me digan que estoy loco
necesito dejar de desear, de arrancarme la piel desde adentro
quiero entretenerme viendo las manchas de aceite en el pavimento
de aceite y de sangre en el pavimento
quiero despertarme a diario y saber que estoy en ninguna parte
que me hice invisible, voluntariamente
que las vecinas caritativas me pongan un plato de arroz humedo y helado en la acera
comer con las manos, andar a pata pelada
marearme hasta vomitar
tomar hasta dormirme
con la cabeza puesta en la cuneta para ver si algún automovilista furioso se atreve a virar un poco el manubrio y salirse de la trayectoria horizontal obligatoria y de esa forma manchar sus ruedas con mis sesos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario