Quizás deserte
todo es tan minúsculo, las caricias tan cortas
los abrazos tan suaves.
Me gustaría una explosión que desordenara nuestro pelo y que nos empuje unos cuantos metros hacia tras y encontrarte luego entre los vidrios rotos, iluminado por las llamas, con las carita con tierra (y con artas manchitas, artas pequitas, artos lunares) y unos cuantos rasguños y cortes.
Sería ideal, bombas en los basureros, escondidas, tendríamos que hacernos los super-heroes e ir por la ciudad camuflados con el cemento, saltando de calle en calle, mientras nos damos unos cuantos besitos.
La gente no moriría quemada si la alcanza alguna de estas explosiones, moriría feliz, emocionada con el ruido, sorprendida de lo lindo que se ve el reflejo expansivo del fuego al incendiarse fugaz, de vernos siendo arrojados a la avenida sin autos, sin peatones, sólo el eco del incendio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario